Siempre me ha llamado la atención el planeta Saturno por su sistema de anillos. Supongo que a muchos de vosotros os pasa algo parecido. Pero Saturno no es el único planeta del Sistema Solar que posee anillos: Júpiter, Urano y Neptuno también los tienen pero no son visibles desde la Tierra, tan sólo con telescopios espaciales y bajo muy buenas condiciones.
Allá por 2004 pude ver por primera vez los anillos de Saturno a través de un telescopio. El pensamiento que tuve fue que era igual que lo que había visto en los libros. Han pasado 10 años y todavía me entusiasma ver esos anillos, ajustar el enfoque e intentar vislumbrar la división de Cassini entre los anillos A y B, o identificar algunos de los satélites visibles. Titán, Dione o Rea son fáciles de ver.
¿Y por qué os cuento esto? Porque se ha descubierto un nuevo cuerpo dentro del Sistema Solar que tiene un sistema de anillos. Se llama (10199) Chariklo y es un cuerpo menor que orbita entre Saturno y Urano. El hecho de ser un cuerpo menor indica que su masa no es la suficiente como para que su gravedad le confiera un aspecto cuasi-esférico.
La ocultación de Chariklo
Los anillos de este cuerpo menor se descubrieron de manera indirecta, es decir, no se han observado directamente, sino que se han visto los efectos que producen. Ya de por sí es complicado observar directamente a Chariklo porque su tamaño es de 250 Km y se encuentra a más de mil millones de Km de la Tierra.
Esta impresión artística muestra el aspecto que deben tener los anillos. Créditos: ESO/L. Calçada/Nick Risinge.
El 3 de junio de 2013 las predicciones afirmaban que Chariklo pasaría frente a la estrella UCAC4-248-108672 y esta ocultación sería visible desde el sur de América. Entre otros telescopios, participaron el telescopio danés de 1.54 metros y el telescopio TRAPPIST, ambos situados en el Observatorio La Silla de ESO en Chile.
La sorpresa de la ocultación
Como en todas las ocultaciones de estrellas, cuando el cuerpo ocultador pasa frente a la luz de la estrella, esta disminuye durante unos segundos. Este procedimiento es la única forma de averiguar el tamaño y la forma de estos cuerpos, dadas con bastante precisión.
"No estábamos buscando un anillo y no creíamos que cuerpos pequeños como Chariklo los tuvieran, por lo que el descubrimiento ha sido toda una sorpresa" afirma Felipe Braga-Ribas del Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro (Brasil), autor principal del artículo y responsable de planear la campaña de observación.
Aspecto que deben tener los anillos en torno a (10199) Chariklo. Créditos: ESO/L. Calçada/M. Kornmesser/Nick Risinger.
Pero la ocultación vino con sorpresa: unos segundos antes y unos segundos después de la ocultación principal, hubo dos caídas de luz muy cortas indicando que algo alrededor de Chariklo bloqueaba la luz. Componiendo los resultados obtenidos por todos los telescopios se dedujo que se trataba de anillos, pudiendo caracterizar su forma, anchura y orientación.
De hecho, se trata de dos anillos muy definidos de tres y siete Km de ancho separados por un espacio de nueve Km. Las primeras hipótesis apuntan a que este tipo de anillos parece formarse a partir de restos generados tras una colisión.
Impresión artística que deben tener los anillos de (10199) Chariklo en detalle. Créditos: ESO/L. Calçada/M. Kornmesser/Nick Risinger.
"Para mí fue sorprendente descubrir que éramos capaces, no sólo de detectar un sistema de anillos, sino de especificar que se trata de dos anillos claramente diferenciados", añade Uffe Gråe Jørgensen del Niels Bohr Institute en Copenhagen (Dinamarca) miembro del equipo que ha llevado a cabo la investigación. "Intento imaginar cómo sería estar sobre la superficie de este objeto helado, y mirar fijamente a un sistema de anillos de 20 kilómetros de ancho mil veces más cerca que la Luna".
Curva de luz de la ocultación de la estrella por parte de (10199) Chariklo donde se puede apreciar en el centro la ocultación del cuerpo menor y a ambos lados las dos ocultaciones por parte de los anillos. Créditos: Nature/F. Braga-Ribas et al.
Estos anillos ya tienen nombre, aunque de manera provisional: Oiapoque y Chuí, dos ríos cerca de los extremos norte y sur de Brasil. Dentro de un tiempo, será la IAU quien los nombre de manera oficial según sus normas de nomenclatura. Braga Ribas piensa que todavía no está todo hecho: "al igual que los anillos, es muy probable que Chariklo tenga, al menos, una pequeña luna esperando ser descubierta". Habrá que seguir buscando...
Este trabajo fue presentado en el artículo titulado “A ring system detected around the Centaur (10199) Chariklo”, por F. Braga-Ribas et al., que aparece online en la revista Nature del 26 de marzo de 2014.El equipo está compuesto por F. Braga-Ribas (Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro, Brasil), B. Sicardy (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), J. L. Ortiz (Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España), C. Snodgrass (Max Planck Institute for Solar System Research en Katlenburg-Lindau, Alemania), F. Roques (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), R. Vieira- Martins (Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro, Brasil; Observatório do Valongo en Rio de Janeiro, Brasil y Observatoire de Paris, France), J. I. B. Camargo (Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro, Brasil), M. Assafin (Observatório do Valongo/UFRJ en Rio de Janeiro, Brasil), R. Duffard (Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España), E. Jehin (Institut d’Astrophysique de l’Université de Liege, Bélgica), J. Pollock (Appalachian State University en Boone, Estados Unidos), R. Leiva (Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, Chile), M. Emilio (Universidade Estadual de Ponta Grossa, Brasil), D. I. Machado (Polo Astronomico Casimiro Montenegro Filho/FPTI-BR en Foz do Iguaçu, Brasil; Universidade Estadual do Oeste do Paraná en Foz do Iguaçu, Brasil), C. Colazo (Ministerio de Educación de la Provincia de Córdoba, Argentina; Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina), E. Lellouch (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), J. Skottfelt (Niels Bohr Institute en Copenhagen, Dinamarca; Centre for Star and Planet Formation en Copenhagen, Dinamarca), M. Gillon (Institut d’Astrophysique de l’Université de Liege en Bélgica), N. Ligier (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), L. Maquet (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), G. Benedetti-Rossi (Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro, Brasil), A. Ramos Gomes Jr (Observatório do Valongo en Rio de Janeiro, Brasil, P. Kervella (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), H. Monteiro (Instituto de Física e Química en Itajubá, Brasil), R. Sfair (UNESP en Guaratinguetá, Brasil), M. El Moutamid (LESIA, Observatoire de Paris, Francia), G. Tancredi (Observatorio Astronomico Los Molinos en Montevideo, Uruguay; Dpto. Astronomía de la Facultad de Ciencias, Uruguay), J. Spagnotto (Observatorio El Catalejo en Santa Rosa, Argentina), A. Maury (San Pedro de Atacama Celestial Explorations en San Pedro de Atacama, Chile), N. Morales (Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, España), R. Gil-Hutton (Complejo Astronomico El Leoncito en San Juan, Argentina), S. Roland (Observatorio Astronomico Los Molinos en Montevideo, Uruguay), A. Ceretta (Dpto. Astronomía de la Facultad Ciencias, Uruguay; Observatorio del IPA, Uruguay), S.-h. Gu (National Astronomical Observatories/Yunnan Observatory; Key Laboratory for the Structure and Evolution of Celestial Objects en Kunming, China), X.-b. Wang (National Astronomical Observatories/Yunnan Observatory; Key Laboratory for the Structure and Evolution of Celestial Objects en Kunming, China), K. Harpsøe (Niels Bohr Institute en Copenhagen, Dinamarca; Centre for Star and Planet Formation en Copenhagen, Dinamarca), M. Rabus (Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, Chile; Max Planck Institute for Astronomy en Heidelberg, Alemania), J. Manfroid (Institut d’Astrophysique de l’Université de Liege, Bélgica), C. Opitom (Institut d’Astrophysique de l’Université de Liege, Bélgica), L. Vanzi (Pontificia Universidad Católica de Chile en Santiago, Chile), L. Mehret (Universidade Estadual de Ponta Grossa en Brasil), L. Lorenzini (Polo Astronomico Casimiro Montenegro Filho/FPTI-BR en Foz do Iguaçu, Brasil), E. M. Schneiter (Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba en Argentina; Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina; Instituto de Astronomía Teórica y Experimental en Córdoba, Argentina; Universidad Nacional de Córdoba en Argentina), R. Melia (Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina), J. Lecacheux (LESIA), F. Colas (Observatoire de Paris, Francia), F. Vachier (Observatoire de Paris, Francia), T. Widemann (LESIA), L. Almenares (Observatorio Astronomico Los Molinos en Montevideo, Uruguay; Dpto. Astronomía de la Facultad Ciencias, Uruguay), R. G. Sandness (San Pedro de Atacama Celestial Explorations en San Pedro de Atacama, Chile), F. Char (Universidad de Antofagasta, Chile), V. Pérez (Observatorio Astronomico Los Molinos en Montevideo, Uruguay; Dpto. Astronomía de la Facultad de Ciencias, Uruguay), P. Lemos (Dpto. Astronomía de la Facultad Ciencias, Uruguay), N. Martinez (Observatorio Astronomico Los Molinos en Montevideo, Uruguay; Dpto. Astronomía de la Facultad Ciencias, Uruguay), U. G. Jørgensen (Niels Bohr Institute en Copenhagen, Dinamarca; Centre for Star and Planet Formation, Geological Museum en Copenhagen, Dinamarca), M. Dominik (University of St Andrews, Reino Unido) F. Roig (Observatório Nacional/MCTI en Rio de Janeiro, Brasil), D. E. Reichart (University of North Carolina en Chapel Hill, Estados Unidos), A. P. LaCluyze (UNC), J. B. Haislip (UNC), K. M. Ivarsen (UNC), J. P. Moore (UNC), N. R. Frank (UNC) y D. G. Lambas (Observatorio Astronómico de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina; Instituto de Astronomía Teórica y Experimental en Córdoba, Argentina).
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Artículo Científico:
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