El 20 de enero la sonda Rosetta estuvo en todos los medios de comunicación debido a la espectación que creó su "despertar" para aproximarse al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. En el blog también hablé de ello en esta entrada.
Rosetta hoy vuelve a estar en las noticias. El motivo es que el instrumento OSIRIS (Optical, Spectrocopic and Infrared Remote Imaging System) a bordo de la misión ha tomado imágenes que muestran un claro cambio en el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, donde se aprecia una envoltura de polvo entorno a la bola de nieve sucia que es este cometa y ya tiene una coma que mide la nada despreciable cifra de 300.000 Km. "67P está empezando a parecer un cometa de verdad", comenta
Holger Sierks del Max Planck Institute for Solar System Research, investigador principal de la cámara OSIRIS.
Entre el 24 de marzo y el 4 de mayo, Rosetta fotografió el cometa 67P desde una distancia de entre cinco y dos millones de kilómetros. Esta secuencia de imágenes muestra el movimiento del cometa y el progresivo desarrollo de una envoltura de polvo, la coma. Las imágenes, tomadas por la cámara OSIRIS, tienen una exposición de setecientos veinte segundos. Créditos: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
El cometa, situado a más de seiscientos millones de Km.
del Sol, eso es más de cuatro veces la distancia entre la Tierra y el Sol, ya empieza a tener actividad de sublimación, es decir, la nieve sólida del cometa pasa directamente a estado gaseoso. "Las
múltiples campañas de observación del cometa realizadas desde tierra no
habían permitido detectar actividad a distancias tan grandes del Sol.
Este resultado es ya per se de una importancia crucial, y el primero de
los muchos que OSIRIS y Rosetta nos regalarán en los próximos dos años",
apunta Luisa M. Lara, investigadora del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) e integrante del equipo OSIRIS.
La privilegiada atalaya donde se encuentra Rosetta ofrece a los científicos la
oportunidad de estudiar cómo se produce ese polvo y cómo se forman las estructuras de la
coma en etapas tempranas a la actividad de sublimación. Con todo esto, una de las primeras conclusiones a las que se han llegado con los datos de OSIRIS es el período de rotación del cometa: 12,4 horas. "Son veinte minutos menos que las estimaciones realizadas
a partir de datos desde tierra, lo que sin lugar a dudas tendrá
implicaciones en la planificación de cómo la nave Rosetta orbitará al
núcleo del cometa", afirma Lara.
Imagen tomada por OSIRIS el 30 de abril. Se observa claramente la coma, con unos mil trescientos kilómetros de extensión. Créditos: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
Preparados para la inmersión
El viaje de Rosetta está siendo muy largo. Tras diez años de viaje espacial, dentro de poco Rosetta llegará a su destino cometario. "Es difícil de creer que, dentro de pocos meses, Rosetta vaya a
sumergirse en esa nube de polvo para revelarnos el origen de la
actividad del cometa", destaca Sierks. Recordemos que el principal objetivo de la misión es el estudio del origen y
evolución de los cuerpos primitivos del Sistema Solar. Será la primera vez que un objeto construído por el hombre orbita el núcleo de un cometa y le acompaña en su viaje hacia el Sistema Solar interior.
La misión proporcionará datos acerca de cómo se transforma un cometa al aproximarse al Sol. Además, realizará un aterrizaje en el núcleo a través de su módulo Philae. Esta maniobra es muy compleja y requiere una gran precisión en las maniobras de navegación y aterrizaje, que se realizarán de manera automática que no permiten ningún tipo de error. El IAA-CSIC ha participado
en la ciencia y el diseño de dos de sus instrumentos, tanto en la cámara OSIRIS y como en GIADA (Grain Impact Analyser and Dust Accumulator), que analizará la dinámica y composición de los granos de polvo.
Imagen tomada por OSIRIS el 30 de abril. Se observa claramente la coma, con unos mil trescientos kilómetros de extensión. Créditos: ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA.
La misión sigue según todo lo previsto, y este es uno de los muchos datos que nos irá proporcionando a lo largo de su acercamiento, posado y viaje de la sonda junto a su compañero cometario.
Los investigadores Pedro J. Gutiérrez, Luisa María Lara y José Juan López Moreno, del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), y Rafael Rodrigo del Centro de Astrobiología (CAB, CSIC-INTA) forman parte del equipo científico internacional de OSIRIS, y participan activamente tanto en las tareas de apoyo para asegurar el mejor rendimiento científico del instrumento como en el análisis de los datos que está recogiendo.
Rosetta es una misión de la Agencia Espacial Europea (ESA) con participación de sus países miembros y de la NASA.
La cámara OSIRIS ha sido diseñada y construida por un consorcio encabezado por el Instituto Max Planck para la Investigación del Sistema Solar (Alemania), en colaboración con CISAS, la universidad de Padua (Italia), el Laboratorio de Astrofísica de Marsella (Francia), el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC, España), el Soporte Científico de la Agencia Espacial Europea (Países Bajos), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (España), la Universidad Politécnica de Madrid (España), el Departamento de Física de la Universidad de Uppsala (Suecia) y el Instituto de Ingeniería de Computación y Redes de TU Braunschweig (Alemania).
OSIRIS obtuvo el apoyo financiero de las agencias nacionales de Alemania (DLR), Francia (CNES), Italia (ASI), España (MEC) y Suecia (SNSB) y de la Dirección Técnica de la ESA.
La misión espacial Rosetta observa el "despertar" de su cometa
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