Pues sí, la misión PLATO (PLAnetary Transits and Oscillations of stars) ha sido aprobada como la próxima misión M3 (tamaño medio, con un coste inferior a 600 millones de euros) de la ESA (Agencia Espacial Europea). Así lo ha dictaminado el Science Programme Commitee de la Agencia como parte del programa Cosmic Vision que define las prioridades científicas para los próximos 20 años.
Concepción artística de PLATO. Créditos: ESA.
Con esta decisión, PLATO será la tercera M3 de la ESA junto con la misión Solar Orbiter que se lanzará en 2017 para estudiar el Sol y Euclid que se lanzará en 2020 para estudiar la energía oscura del universo.
La misión PLATO puede considerarse como el siguiente estadio de investigación exoplanetaria tras el Observatorio Espacial Kepler de la NASA que dejó de funcionar en mayo del pasado año localizando más de 2700 candidatos a exoplaneta. Al igual que Kepler, esta nueva misión también localizará exoplanetas por el método de tránsito y a lo largo de su misión analizará aproximadamente un millón de estrellas.
Curvas de luz realizadas a partir de los tránsitos exoplanetarios detectados por Kepler. Créditos: NASA/Kepler.
Planetas Tierra
Con esta nueva misión se analizarán estrellas cercanas similares a nuestro Sol y tendrá la capacidad de analizar planetas similares a la Tierra que se encuentren orbitando en la zona de habitabilidad. Averiguar si existe agua líquida en su superfice y ver cuáles reúnen las condiciones de ser potencialmente habitables también forma parte de sus objetivos.
Pero la capacidad de PLATO no quedará ahí. Dada a la sensibilidad de los instrumentos que serán embarcados en la misión, nos permitirá detectar las tan ansiadas exolunas, es decir, las lunas que tiene un exoplaneta orbitando a su alrededor.
Representación artística del exoplaneta tipo Tierra Gliese 667Cc situado a 22 años luz en la constelación de Escorpio. Créditos: ESO/L- Calçada.
Participación española
La participación española está representada por investigadores de AstroMadrid y del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC) coordinados por J.M. Mas Hesse (Centro de Astrobiología, CSIC-INTA). Esta participación se traduce en una importante contribución al desarrollo de la instrumentación ya que el equipo español es el responsable del diseño y fabricación de la estructura de las cámaras CCD que equiparán PLATO. El conjunto de cámaras es el más grande enviado al espacio: 136 CCDs de 20 megapíxeles cada una. Juntas todas ellas cubren una superficie de 0.9 metros cuadrados.
PLATO es un concepto de telescopio espacial tan simple como novedoso: se utilizará un conjunto de 34 telescopios individuales de sólo 12 cm de diámetro montados sobre la plataforma española. Destacar que los ordenadores de a bordo que procesarán las imágenes obtenidas por estas cámaras también son españoles.
Telescopio de 3.5 metros de Calar Alto. Créditos: CAHA.
Los 16 ordenadores tendrán que procesar una gran cantidad de información ya que cada telescopio generará una imagen de 80 megapíxeles con una cadencia de 25 segundos y deberán ser analizadas de manera automática.
La comunidad española no sólo participa en la instrumentación sino que también lo hace en el consorcio internacional PLATO con más de diez paquetes de trabajo para la preparación científica de la misión, tratamiento, análisis e interpretación de los datos.
Desde la Tierra, España ofrecerá apoyo y seguimiento con instrumentos como CARMENES en el telescopio de 3.5m de Calar Alto (Almería) o HARPS-N en el Telescopio Nazionale Galileo en el Observatorio del Roque de Los Muchachos (Islas Canarias).
Trazos estelares tomados desde el interior de la cúpula del Telescopio Nazionale Galileo. Créditos: IAC.
La participación española no ha sido fortuita, sino que es fruto de la experiencia adquirida en proyectos como CoRoT y Kepler, donde la nuestra participación ha sido fundamental y ha asegurado un retorno científico para nuestro país.
Ciencia con PLATO
Según las estimaciones que se han hecho para la misión, se cree que en sus tres primeros años de producción científica ya habrá descubierto cientos de planetas similares a la Tierra a una distancia dentro de los límites de la zona de habitabilidad.
Combinando estos datos con otros obtenidos desde la Tierra, PLATO tendrá la capacidad de medir tamaños, masas y edades de los exoplanetas que detecte, comparando los resultados con nuestro propio Sistema Solar y con el resto de nuevos mundos que vaya detectando.
Impresión artística del E-ELT. Créditos: ESO.
Gracias a la sensibilidad de sus instrumentos, al fin podremos saber cómo de común es nuestro Sistema Solar en general y nuestro planeta en particular, comprendiendo mejor cómo se forman y evolucionan los mundos de nuestra galaxia, incluso estimar las posibilidades de que hayan desarrollado seres vivos.
La ciencia de PLATO también se apoyará en el E-ELT (European Extremely Large Telescope) del ESO (European Southern Observatory) y en el JWST (James Webb Space Telescope) de NASA y ESA ya que con ellos se analizará la composición química de los exoplanetas que PLATO haya detectado.
Ensamblaje de 6 de los 18 espejos que compondrán el JWST. Durante pruebas criogénicas, los espejos son sometidos a temperaturas de 24 Kelvin, lo que permite a los ingenieros medir en detalle cómo se deforma el espejo conforme baja la temperatura. Créditos: NASA/MSFC/David Higginbotham/Emmett Given
Para terminar...
El camino de PLATO no ha sido fácil. A la fase final llegaron también otras misiones: MarcoPolo-R, Echo, Loft y STE-Quest, pero fue PLATO la que salió vencedora. Ahora habrá que esperar hasta 2024 que será cuando la misión empiece a funcionar en modo científico. Para este fin, deberá situarse en el punto de Lagrange L2.
La mejor de las suertes para esta misión, no sólo en su viaje hacia el espacio, sino en las fases que preceden al lanzamiento y que no sufra retrasos, sobre todo retrasos económicos que son los más perjudiciales.
Fuentes:
ESA selects planet-hunting PLATO mission (versión original)
Enlaces de interés:
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