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1 de febrero de 2011

El ADN no tiene síndrome de Diógenes

Recreación de una molécula de ADN. Créditos: 
Università degli Studi di Firenze
Hace unos días estuve hablando con mi compañero y amigo Patxi San Martín (Centro de Astrobiología, INTA-CSIC) sobre el ADN. No es mi especialidad, así que durante casi toda la conversación fue él el que habló; yo me limité a escuchar.

Me comentó que "el hombre y el chimpancé se parecen en un 96% a nivel de ADN", pero lo que más me sorprendió es que "más de un 90% del ADN es llamado coloquialmente ADN basura". Se le otorgó este calificativo porque se sabe que no codifica para proteínas ni para promotores, con lo cual se desconoce en gran medida su función. Ese calificativo se sigue usando hoy en día.

El genoma

En el caso del genoma humano, se ha secuenciado en su totalidad aunque todavía no se han caracterizado las variaciones entre individuos; éstas son las responsables de hacer que seamos distintos unos de otros. Lo que sí se sabe, comentó Patxi, es que "sólo alrededor de un 5% contiene información que conduce a la síntesis de proteínas o de ARN con actividad catalítica".

Como dato significativo Patxi me dijo que "cada vez que una célula nuestra se duplica, se copian todas y cada una de las 3000 millones de bases que componen nuestro genoma y se comprueba que sea lo más fiel posible al original". El ser humano está compuesto del orden de 50 billones de células; por poner un ejemplo, las células que forman nuestra piel viven unos 7-10 días, nos podemos hacer a la idea del gasto energético que supone para el organismo el hecho de tener que duplicarlas.

Hay una cuestión y es que todos los seres vivos, incluido el ser humano, tienden al máximo ahorro de energía, con lo cual, si ese 90% del mal llamado ADN basura no tuviese utilidad, la selección natural ya lo habría eliminado hace decenas de miles de años ya que de lo contrario acarrearía un gasto inútil de energía.

Científicos como mi compañero Patxi piensan que ese ADN basura desempeña funciones esenciales, lo que ocurre es que todavía no han sido descubiertas. A favor de esta versión también está Peter Andolfatto (Universidad de California), publicando en Nature que "este ADN -en referencia al ADN basura- en realidad tendría un papel muy importante en la supervivencia del organismo y en la evolución de la especie".

Materia oscura

En el Universo pasa algo parecido ya que resulta que en su mayor parte parece estar compuesto de algo que no podemos detectar; ese "algo" es la llamada materia oscura y, dependiendo de las fuentes, se dan varios porcentajes aunque en todos los casos la proporción de materia oscura es superior al de materia ordinaria.

Una buena definición de este tipo de materia es la que ofrece Laura Giordani en tendencias21.net a modo de introducción de su libro de poesía Materia oscura. Dice así: "composición desconocida que no emite o refleja suficiente radiación para ser observada directamente. Esta materia invisible constituye el 25% del Universo frente al 5% ocupado por la materia común. Es más, las regiones más densas de materia común se acumulan donde están las grandes concentraciones de materia oscura; ésta parece formar el andamiaje oculto que apuntala los lugares de construcción de estrellas y galaxias".

¿Materia "basura"?

Al fin y al cabo, que la materia oscura nos resulte imperceptible es algo debido a nuestro sesgo instrumental; con el tiempo y cuando tengamos equipos más sensibles seremos capaces de ir ganándole terreno "convirtiéndola" en materia ordinaria. En estos momentos la única evidencia que se tiene de la materia oscura es el efecto que produce en el Universo.

Aunque sólo sea por elegancia, no se debería calificar de manera despectiva a ninguna faceta de la Ciencia. Seguramente, por el mero hecho de la nomenclatura, no tendría el mismo tirón en prensa divulgativa un artículo publicado por un científico que investiga la materia oscura que uno que investiga la materia basura. Y seguramente hubiese ocurrido lo mismo en el caso del ADN.

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