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17 de junio de 2011

Supernovas

Imagen de la supernova SN 1987A. Créditos: Hubble Space
Telescope / NASA Goddard Space Flight Center.
Estos días se esta volviendo a hablar de una supernova que se pudo ver en el hemisferio Sur en el año 1987 y que está desconcertando a los científicos.

SN 1987A, que así se llama, tuvo lugar a 168000 años luz de nosotros, en la Nube de Magallanes, por lo que es la más cercana en tiempos recientes.

¿Cómo se producen?

La evolución de una estrella que tiene más de 9 veces la masa del Sol es efímera. Las reacciones de fusión nuclear suceden mucho más frecuentemente por lo que su combustible se agota muy rápido. Los núcleos más pesados que llegan a sintetizarse son los de hierro, siendo éstos los elementos más pesados y más estables que se pueden crear en el interior de las estrellas.

Ante la imposibilidad de fusionar estos átomos de hierro la estrella se comprime para aumentar la temperatura e intentar conseguir nuevas fuentes de energía. Pero en esta compresión la estrella colapsa, se desestabiliza y explota provocando la supernova. 

Al detonar, la estrella desprende en unos pocos segundos tanta energía como la que emitirá el Sol durante toda su existencia, por lo que su brillo aumenta considerablemente. La energía liberada es tal que se consiguen crear núcleos pesados. De hecho, todos los elementos químicos más pesados que el hierro fueron sintetizados en explosiones de supernova. Después, con el paso de los meses, su luminosidad se va desvaneciendo.

Anomalías

Volviendo a SN 1987A, esta supernova ha vuelto a recuperar cierto brillo. Parece ser que 24 años después de la explosión ha encontrado una nueva forma de producir energía y es lo que se está creando el desconcierto. Robert Kirshner del Centro Harvard-Smithsonian está involucrado en un estudio con el Telescopio Espacial Hubble donde se han registrado todos los cambios en esta supernova.

Kishner habla en el portal Space.com sobre este descubrimiento que fue publicado en la revista Nature el pasado 9 de junio. Afirma que "sólo es posible ver este brillo porque SN 1987A está muy cerca y contamos con la aguda vista del Telescopio Espacial Hubble."

Si pudiéramos saber de dónde obtiene esta nueva energía, sabríamos cómo evoluciona una supernova en su primera etapa en una escala de tiempo apreciable por una ser humano, algo nunca estudiado antes. Así que hay que aprovechar esta oportunidad porque no sabemos cuándo nos sorprenderá otra supernova tan cercana.

Cuesta creer que el hierro que tenemos en nuestros glóbulos rojos se forjara en el interior de una estrella a punto de estallar, o que el mercurio de nuestros termómetros se creara en una violenta explosión de supernova. Estos tremendos estallidos siembran el Universo de nuevos ingredientes que formarán moléculas cada vez más complejas que, tal vez, algún día formen parte de seres vivos como nosotros.

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